La fotografía de naturaleza me atrapa, tiene los matices necesarios para no aburrirse nunca, desde observar un paisaje hermoso por su geografía, por el momento del día, por los colores que aparecen o por los animales fantásticos que forman parte del cuadro, como así también aquella fotografía macro que nos acerca a mundos increíbles e impensandos, nunca vistos, o de una belleza que rara vez vemos en el ajetreado movimiento de nuestras vidas.
La fotografía de las plantas, de los insectos, de los animales, de las distintas formas geografías, del agua en todas sus formas, del sol, las estrellas, en fin.. son tantos los temas de la fotografía de naturaleza que sólo de pensarlos ya me extasío.
Es hermoso descubrir que el planeta en el que vivimos a diario nos regala escenarios infinitos, para divertirnos, para disfrutarlos, para «usarlos».
Siempre me quedo pensando en todo lo que nos perdemos por solamente no parar y mirar un poco hacia arriba, o hacia algo distinto a nuestras pantallas o edificios.
Y es ahí cuando puedo decidir abrir de nuevo la puerta para ir a jugar, una puerta que siempre es accesible, un poco de verde, un poco de sol, un poco de agua o césped, algunos árboles y esas flores que nos regalan colores pocas veces igualables.